El mineral de La Higuera fue uno de los centros mineros más importantes de producción de cobre en la Región de Coquimbo, durante la segunda mitad del siglo XIX. Las minas de Santa Gertrudis, Tránsito, Santa Ana, Llanquita, Ají, Las Casas, entre otras, producían importantes cantidades del rojo metal, el que era fundido en los centros ubicados en la misma localidad y en los hornos del cercano puerto de Totoralillo.
La instalación de la fundición de Guayacán en 1856, cuyo dueño era la Compañía Chilena de Fundiciones con capitales de la sociedad Urmeneta y Errázuriz, compuesta por José Tomás Urmeneta y su yerno Maximiano Errázuriz Valdivieso, fue una de las más grandes operaciones industriales del país en el siglo XIX, llegando a tener en su establecimiento unos 35 hornos de reverbero en su época de apogeo
Totoralillo como villa y puerto se encuentra relacionado con el ciclo de expansión económica del cobre en el área del Norte Chico, el que se desarrolla entre los años 1810 y 1910. El puerto de Totoralillo al presentar condiciones óptimas para el arribo navíos, además, de su ubicación geográfica cercana al distrito minero de cobre de La Higuera, permitió que fuera habilitado como puerto de embarque para los minerales extraídos en las faenas del distrito cercano.
A principios del siglo XIX, y coincidiendo con el despertar de la República, hubo en la macroregión del norte una serie de descubrimientos de minas de cobre y plata, entre estas últimas destaca por la riqueza que produjero, el distrito minero de Arqueros (1825). La actividad minera que se generó en torno a esos minerales produjo más trabajo, ampliando el comercio y desarrollando nuevas relaciones comerciales y políticas con los agentes y marinos de otros países.
La Sociedad Altos Hornos de Chile firmó el 3 de Enero de 1913 con la Bethlehem Steel Company un contrato de arriendo de El Tofo, convenio con el cual se inicia una de las épocas más brillantes en la historia de la minería del hierro de nuestro país. La llegada de la empresa norteamericana, significó la construcción e instalación de la tecnología de punta en materia minera, ferrocarril eléctrico, maquinaria de gran tamaño para la extracción del mineral, puerto mecanizado de embarque en Cruz Grande y un campamento con todas las comodidades para sus obreros y empleados.
La Sociedad Altos Hornos de Chile inicia la construcción de las instalaciones productivas, en el Puerto de Cruz Grande y en la mina de El Tofo. Entre las obras de mayor importancia que la sociedad construyó en la Caleta de Cruz Grande,se encontraba un cantiléver (puente de carga) sobre un muelle metálico destinado al carguío directo del mineral a los vapores. Para transportar el mineral desde la mina El Tofo a la costa, dicha Sociedad instaló un andarivel con torres de acero que tenía 7,5 kilómetros de longitud.
Las primeras explotaciones del mineral de hierro a gran escala de El Tofo , se inicia a comienzo de 1904,cuando Eugenio Carbonel, socio de la firma Schneider&Creusot, presentó una propuesta al gobierno para establecer en el país la industria siderúrgica. Así, el 31 de Octubre de 1905 y por Ley N°1768 Carbonel obtuvo del Gobierno la concesión para instalar en el país la primera industria siderúrgica. Carbonel logró reunir en París, Francia, un grupo de capitalistas y en base de las concesiones acordadas por el Gobierno de Chile, organizó en 1906 la Sociedad "Hauts Fourneaux,Forges et Aciéries du Chili". Esta sociedad, en el año 1908, por intermedio de Carbonel, compró en 65.000 francos la mina "El Tofo" a Eulogio Cerda, propietario original.